actualidadEstamos en un mundo enorme, lleno de miles de millones de personas, con miles de culturas distintas, lenguas, religiones, sistemas de gobiernos, apariencias y miles de otros aspectos distintos. Sin embargo, algo que nos une de forma global es la gracia que nos suscita el leer un titular de una noticia loca.

Estos titulares resumen en una o dos líneas lo que es una noticia, que aunque al leerla al detalle resulta que tiene más o menos lógica o al menos podemos entender lo que originó una situación tan hilarante, al resumirse resultan en un disparate que arranca risas de forma universal.

Hay que admitir que muchas veces al encontrar una noticia loca o medianamente desconcertante, el título es redactado de forma directa para que cause gracia en los lectores y se interesen en la noticia para luego entender como es que el zapato terminó en la boca del cocodrilo que iba en la montaña rusa.

Pero aunque no haya diferencia entre esta práctica y lo que normalmente llamaríamos una manipulación amarillista, como la intención es expresamente hacer reír a los lectores, nos hacemos de la vista gorda todos en conjunto. Si esto lo aplicásemos a una noticia de política ya saltarían todas las asociaciones periodísticas y de defensa del consumidor y demás a poner el grito en el cielo por intentar manipular situaciones para interesar de manera fraudulenta en una noticia.

Aunque este tipo de titular sensacionalista podemos encontrarlo de forma exagerada en el Internet, aunque claro, una cosa es hablar de un artículo en una página anónima acerca de “cuales famosos no sabías que han fallecido” y otra es leer un periódico sobre las decisiones del presidente.

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